"Pequeños tratados" no son ensayos ni ficciones. No pertenecen a ningún género, o inauguran uno nuevo. Fragmentos de cuentos, vestigios de narraciones, restos de partituras. Son una forma que recoge todo lo olvidado por la historia, lo que ha quedado al margen, lo más pequeño en la frontera del mundo. Un cofre donde están a resguardo los tesoros de la historia humana: dioses que desean nuestra alegría, la sombra de los muertos, las lenguas desaparecidas, la música del pensamiento, los mitos que nos fundan, la dignidad del silencio. Son las suites barrocas de Bach transcritas en palabras. Es Montaigne, pero más intenso, más salvaje, más violento. Es el cuidado de los restos de un naufragio, de pequeños fragmentos que, una vez unidos, nos devuelven, intacto, lo mejor de nuestra humanidad.