«Cuando en el silencio de la noche sondamos las profundidades del corazón la indigencia de las imágenes que nos hemos formado sobre el gozo nos llena de vergüenza. Yo no estaba allí la noche de mi concepción. Es difícil asistir al día que nos precede. Una imagen falta en el alma. Dependemos de una postura que tuvo lugar necesariamente pero que nunca se nos revelará. A esta imagen que falta la llamamos «el origen. La buscamos detrás de todo lo que vemos. Y a esta falta que arrastran los días la llamamos «el destino. La buscamos detrás de todo lo que vivimos. Es allí donde acaban perdiéndose los gestos que repetimos inadvertidamente, las mismas palabras que fallan. Mi intención es dar un paso más hacia el origen del espanto que sienten los hombres cuando piensan en lo que fueron antes de que su cuerpo proyectara una sombra en este mundo. Si tras la fascinación está la imagen que falta, tras la imagen que falta, hay algo más: la noche. (Pascal Quignard, Nota preliminar)