En un duro primer año universitario, Yatora se ha enfrentado a sí mismo y ha comprobado sus progresos en la exposición de trabajos para pasar a segundo. Aun así, se siente inquieto y con poca confianza en sus capacidades, por lo que se propone hacer alguna actividad extracurricular y se presenta a una oferta de trabajo a tiempo parcial en una academia de dibujo. Quien se pone al teléfono es la profesora Saeki, quien guio sus primeros pasos en el club de arte del instituto.